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El Beato Josemaría Escrivá y Francia: conferencia en el Centro San Luis de los Franceses, de Roma (Italia)

«Un cristiano no es un hombre sin hogar ni ataduras, sino que conjuga un enraizamiento en una región, en un país, con una visión universal», afirmó el profesor de Lengua y Literatura italiana en la Sorbona, François Livi, que fue a Roma en el mes de diciembre, invitado por la embajada de Francia ante la Santa Sede, para proponer algunas reflexiones sobre los lazos privilegiados que han unido al Beato Josemaría Escrivá con Francia.

El acto estaba incluido en el programa de conferencias del Centro de Estudios San Luis de los Franceses. La iniciativa partió del actual Obispo auxiliar de París, antes director del Centro de Estudios, Mons. di Falco. A la conferencia asistieron el Secretario General, Sr. Scaërou, y Mons. Madelin, Rector de la iglesia de San Luis de los Franceses. Entre el público, formado principalmente por personas francesas u originarias de áreas francófonas, se hallaban también otras personalidades civiles y eclesiásticas, entre las que se encontraba S.E. Jean-Louis Lucet, Embajador de Francia ante la Santa Sede.

François Livi dijo que el Beato Josemaría Escrivá de Balaguer estaba unido a Francia por proximidad geográfica, pues era aragonés, pero que es más significativa su proximidad cultural y espiritual. Desde 1936, recordó, el Fundador del Opus Dei soñaba con el comienzo de las actividades apostólicas en París —encrucijada intelectual— para realizar la vocación universal de la Obra que Dios le había inspirado el 2 de octubre de 1928. Los lazos del Beato Josemaría con Francia se fortalecieron durante el resto de su vida, añadió el conferenciante, que mostró este crecimiento ilustrándolo con tres nombres de ciudades francesas: Lourdes, Lisieux, París.

Lourdes, destino de su primer viaje a Francia, en 1937, y del último en 1972: realidad que expresa que la Francia que el Beato Escrivá ama es, ante todo, el país de la devoción mariana.

Lisieux. Allí acudió para rezar ante la tumba de Santa Teresa del Niño Jesús, en 1955. El profesor Livi recordó como el Espíritu Santo introdujo al Beato Josemaría en un camino de infancia espiritual, evocado frecuentemente, explícita e implícitamente, en sus escritos.

París. El Beato Josemaría acudió regularmente a la capital francesa a partir de los años cincuenta. El profesor de La Sorbona tomó ocasión de este hecho para referirse a la sintonía del Beato Josemaría con los valores más auténticos de la cultura francesa. «De manera especial, la libertad, de la que el Beato Escrivá ha sido ardiente defensor durante toda su vida». La libertad, fundamento de la vida social, pero sobre todo, manifestación de la confianza en el hombre, don precioso de Dios, sin el cual no habría ni elección ni amor.

Romana, n. 25, Julio-Diciembre 1997, p. 324-325.

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