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São Paulo: ingenieros en las favelas

El Centro de Estudios Universitarios del Sumaré viene promoviendo, entre estudiantes universitarios, una actividad de voluntariado con un objetivo inmediato muy concreto: reformar las instalaciones eléctricas inseguras en chabolas de la favela Santa Catarina, uno de los barrios más pobres de la ciudad de São Paulo.

La idea partió de Rodrigo, un estudiante de Ingeniería Civil de la Universidad de São Paulo, residente en el Centro de Estudios Universitarios del Sumaré. Se comenzó a trabajar en agosto del 2000, dedicando todos los sábados por la mañana. Se trataba de sustituir las instalaciones eléctricas de las chabolas, construidas frecuentemente con restos y desechos de madera y, a veces, cubiertas con simples hojas o láminas de plástico. Las instalaciones eléctricas las hicieron los mismos favelados de manera rudimentaria, con restos de hilos y otros materiales de desecho, lo que constituye una amenaza permanente de incendio.

Los participantes son universitarios, en su mayoría, alumnos de Ingeniería de la Universidad de São Paulo como Diogo, que estudia Ingeniería de Control y Automación; Denis y Nilton, alumnos de Ingeniería de Potencia; Alberto, de Ingeniería Eléctrica, y Eric, de Telecomunicaciones. Otros vienen de más lejos, como Flávio, de Ingeniería de Computación, que recorre cada sábado casi cien kilómetros para llegar de Santos a São Paulo. Los trabajos están supervisados por tres ingenieros con experiencia profesional: Vinicius, ingeniero de Computación; Matheus, de Telecomunicaciones y Charles Vladimir, teniente del ejército e ingeniero eléctrico.

A propósito de la instalación

En cada visita a la favela, los voluntarios se dividen en equipos de dos o tres estudiantes, y cada equipo se ocupa de una chabola diferente, empezando por los barracos que parecen más necesitados. En el primero que visitaron, reside dona Helena, con su marido y cinco hijos. El primer día recibió con recelo a los estudiantes, temerosa de que fueran inspectores de la Prefeitura. Pocos meses después, en la Navidad, pedía la dirección de todos y les enviaba una felicitación hecha a mano, con un mensaje diferente para cada uno, expresando así su agradecimiento, el de su familia y el de los demás favelados.

El modo de agradecer de esas personas tan necesitadas ha conmovido a más de uno. No faltan casos como el de dona Ivone, madre de tres hijos, abandonada por el marido y sin empleo, que ya perdió la chabola en un incendio. Agradecida por la ayuda recibida, no deja de ofrecer a los estudiantes el tradicional cafezinho, y todos saben que lo daría aunque no tuviera nada para comer.

En cada chabola, primero se revisa la instalación eléctrica existente —para cubrir los puntos más peligrosos—, y a continuación se hace toda la instalación nueva, sin suprimir la vieja antes de terminarla. Así la casa no se queda sin luz en ningún momento. La instalación se rehace con materiales nuevos, obtenidos durante la semana, mediante donativos en tiendas y mayoristas cercanos al barrio. Al terminar la reforma —que suele durar cuatro semanas de media— se retira la instalación antigua.

Además del beneficio directo a las familias que residen en la favela, la actividad permite que los estudiantes entren en contacto con situaciones que les despierta la generosidad hacia los demás y la responsabilidad social. “Creo que he recibido mucho más de lo que he podido invertir en tiempo y conocimientos”, comenta uno de los futuros ingenieros.

Promover el interés desinteresado

El Centro de Estudios promueve también clases de matemáticas y portugués para alumnos de escuelas estatales que residen en esa misma favela, dadas también por universitarios de diversas especialidades. Y los estudiantes de Medicina que frecuentan el Centro del Sumaré están promoviendo un ambulatorio médico junto a la Fundación Julita, una ONG que se ocupa de la promoción social de las gentes de la periferia de otro barrio de las cercanías de São Paulo.

Varios de los voluntarios participan también en cursos breves organizados por el centro universitario en áreas como derecho, sociología, humanidades e informática, además de las clases y charlas de formación humana y cristiana.

La experiencia del trabajo que se hace en la favela Santa Catarina, la formación cristiana impartida en el Centro de Estudios Universitarios y cursos como el de Liderazgo van despertando nuevos voluntarios, como los que ya han comenzado a actuar en una de las favelas de Santana de Parnaíba, municipio localizado a 40 kilómetros de São Paulo, dentro del área urbana del Gran São Paulo.

Romana, n. 32, Enero-Junio 2001, p. 92-93.

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