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Clausurada la fase diocesana de la causa de canonización de Guadalupe Ortiz de Landázuri

Guadalupe Ortiz de Landázuri (1916-1975), química e investigadora, tiene abierta desde hace unos años la causa de canonización. El 18 de marzo, en el Colegio Mayor Zurbarán, de Madrid, del que ella misma había sido directora, tuvo lugar el acto de clausura de la instrucción diocesana, primera fase procesal del itinerario que siguen de ordinario las causas de los santos. El acto fue presidido por el Cardenal Arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, que en su momento, el 12 de noviembre de 2001, a instancias de la Prelatura, había abierto el proceso.

Durante este período de tiempo, a lo largo de un centenar de sesiones, el tribunal diocesano ha examinado los escritos de Guadalupe; ha escuchado las declaraciones de cincuenta y cuatro testigos que la conocieron y trataron en vida; y ha recogido pruebas que puedan determinar si vivió heroicamente las virtudes cristianas. La documentación resultante se remitirá ahora a la Congregación para las Causas de los Santos. Guadalupe Ortiz de Landázuri, una de las primeras mujeres que pidió la admisión en el Opus Dei —pertenecía a la Obra desde el 19 de marzo de 1944—, desarrolló su vida profesional en España, México e Italia, países en los que llevó a cabo una intensa labor de apostolado y promoción social, con una especial atención a los problemas de la mujer. Doctora en Ciencias Químicas con una tesis sobre “Refractarios aislantes con cenizas de cascarilla de arroz”, ejerció la docencia en varios centros de enseñanza, como el Instituto Ramiro de Maeztu y la Escuela femenina de Maestría Industrial, ambos de Madrid. En 1965 recibió el Premio de Investigación Juan de la Cierva.

En México promovió la creación de residencias universitarias y de escuelas de campesinas. En Roma, durante algunos años, colaboró con San Josemaría Escrivá en el gobierno central del Opus Dei.

En el acto de clausura del proceso, el Cardenal Arzobispo de Madrid sintetizó “lo que reporta a la Iglesia y a la sociedad del siglo XXI la vida de la sierva de Dios: feminidad, profesionalidad y afán de santidad vividos en el mundo, buscando la promoción de la mujer, sin reducir su entrega total y radical a Cristo en el Opus Dei”. Recordó, a propósito de esto último, el impacto que le produjo a la doctora Ortiz de Landázuri su primer encuentro con San Josemaría Escrivá, el 25 de enero de 1944: “cambió su vida, vio después de hablar con él que Dios le pedía todo”.

Hasta la fecha se han editado dos hojas informativas de Guadalupe Ortiz de Landázuri. El recurso a su intercesión está muy extendido, como evidencian los numerosos favores atestiguados por relatos firmados, de los que un centenar ha sido incluido en la documentación de los peritos históricos.

Romana, n. 40, Enero-Junio 2005, p. 134-135.

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