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Voluntariado en la región amazónica, Amajarí (Brasil)

Durante diez días de las vacaciones estivales de enero de 2007, una treintena de estudiantes y jóvenes profesionales han participado en un programa de asistencia a las familias de la aldea de Trairão, en plena selva amazónica. Trairão tiene unos 700 habitantes esparcidos en pequeñas parcelas. Es uno de los pueblos más aislados y carentes de la zona. Forma parte del municipio de Amajarí y dista 230 kilómetros de Boa Vista, capital del Estado de Roraima, en el extremo norte de Brasil.

Los voluntarios, que frecuentan las actividades formativas de la Prelatura en distintas ciudades del país, han trabajado en el proyecto durante meses, hasta perfilar el programa completo: asistencia médica y odontológica de urgencia, clases de higiene y primeros socorros, nociones básicas de informática, instalación de ordenadores, catequesis a niños y adultos y reforma de la capilla del pueblo.

Como primera medida, Pedro Paulo Magalhães, consultor de informática, coordinó una campaña de donaciones que duró seis meses, hasta conseguir el material necesario para desarrollar el programa: tres toneladas de material de construcción para la capilla, 5.000 medicinas, dos sillones odontológicos, seis ordenadores con las correspondientes impresoras, una antena para acceder a internet, etc. El Ministerio de Aviación puso a disposición un avión de transporte. También se consiguieron billetes aéreos para los estudiantes. Una familia donó el material litúrgico para la capilla: imágenes, ornamentos, manteles y un sagrario.

El programa contó desde el primer momento con la ayuda de un Cooperador del Opus Dei, oficial del 7 Batalhão de Infantaria de Selva acuartelado en Boa Vista, que facilitó un decisivo apoyo logístico, sobre todo en relación con el transporte de los estudiantes y del material por las carreteras de tierra que atraviesan la selva.

La iniciativa dispuso también de la asistencia de D. Michelino Roberto, sacerdote de la Archidiócesis de São Paulo, Cooperador de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, quien celebró diariamente la Santa Misa, impartió clases de catequesis y resolvió o encaminó otras cuestiones pastorales más específicas.

Los estudiantes se dividieron en equipos de trabajo. Bajo la coordinación del doctor Márcio Makoto Nishida, el equipo médico atendió 450 consultas, un parto de urgencia y una intervención rápida provocada por un accidente laboral. Rafael Yagüe, profesor de la Facultad de Odontología de la Universidad de São Paulo, con ayuda de dos estudiantes, dirigió 160 consultas odontológicas e impartió 10 horas de clases sobre primeros auxilios e higiene, que incluían la distribución de material para la higiene bucal. En la escuela del poblado se instalaron 6 ordenadores en red y se impartieron 30 horas de clases teóricas y prácticas sobre informática.

El equipo encargado de las obras en la pequeña iglesia de la aldea también trabajó con intensidad. El día previsto se pudo inaugurar la nueva capilla con la celebración de la Misa de San Josemaría, a la que acudieron todas las familias. Al final, todos cantaron la Salve Rainha ante una imagen de la Virgen.

Los habitantes de Trairão obsequiaron a los estudiantes con lo mejor que tenían: productos de la pesca, aves y frutas. En los voluntarios queda la satisfacción de haber podido servir a los más necesitados, como declaró ya de vuelta en el aeropuerto de São Paulo el joven estudiante Leonardo Sakuramoto: “nunca he trabajado tanto, pero han sido las mejores vacaciones de mi vida”.

Romana, n. 44, Enero-Junio 2007, p. 157-158.

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