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"Abrid las puertas a Cristo"

“Nos ha dejado un espléndido tesoro de doctrina y de ejemplo de caridad pastoral —afirmaba el Prelado del Opus Dei en una reciente entrevista reproducida en estas páginas—; un empuje hacia una nueva evangelización a través de la vida ordinaria, a través de personas activamente presentes en todos los campos del quehacer humano, con una conducta coherente con la fe”.

El presente número de Romana reproduce la homilía que pronunció Benedicto XVI durante la Misa de beatificación de Juan Pablo II, e incluye otras referencias a este evento, varios artículos y entrevistas a Mons. Javier Echevarría, además del texto de la homilía de la Misa de acción de gracias celebrada el 3 de mayo por el Prelado del Opus Dei en la Basílica de San Eugenio, en la que participaron cientos de peregrinos venidos a Roma para la beatificación.

“Cada declaración de santidad proclama la gloria de la Trinidad —afirmaba en aquella ocasión Mons. Echevarría—, pero hay algunas, como la beatificación de Juan Pablo II, que influyen sobre millones de personas. Lo vimos cuando el Señor lo llamó a su presencia, hace seis años, y estoy convencido de que sucederá lo mismo en estas jornadas. Si invocamos con fe la intercesión del nuevo Beato en todas las necesidades, grandes o pequeñas, personales y colectivas, se derramará desde el Cielo una lluvia de gracias sobre la humanidad entera. Supliquemos a Dios, recurriendo a su intercesión, que ayude al camino de la Iglesia y de la sociedad civil, necesitadas siempre de la divina misericordia. Recemos también, llenos de esperanza y de cariño, por el Papa Benedicto XVI y los obispos, por los sacerdotes y los laicos, por las personas consagradas, por quienes están buscando al Dios que todavía no conocen. Recemos por todos nosotros, para que cada uno y cada una encuentre y ame más a Jesús, el Hijo de Dios, que se ha hecho hombre, ha muerto y ha resucitado por nuestra salvación”.

Junto con toda la Iglesia, para los fieles del Opus Dei, la beatificación fue un momento de especial gratitud a Juan Pablo II, porque, como explica Mons. Javier Echevarría en la entrevista concedida a Studi Cattolici, “durante su pontificado han tenido lugar algunos eventos de especial importancia para la historia de la Obra, como la erección de esta parte de la Iglesia en Prelatura personal, la beatificación y canonización de san Josemaría o la creación de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz”. El Prelado añadía: “Juan Pablo II fue verdaderamente el Papa de todos, un padre sensible a todos los carismas que el Espíritu Santo suscita. Pienso que, con él, millones de personas se han sentido hijos predilectos; y con esta alegría y agradecimiento diarios han vivido los fieles del Opus Dei”.

Deseamos abrir este número de Romana con la alabanza y petición de Benedicto XVI al concluir su homilía del 1 de mayo, domingo de la divina misericordia: “¡Dichoso tú, amado Papa Juan Pablo, porque has creído! Te rogamos que continúes sosteniendo desde el Cielo la fe del Pueblo de Dios. Desde el Palacio Apostólico nos has bendecido muchas veces en esta Plaza. Hoy te rogamos: Santo Padre: bendícenos. Amén”.

Romana, n. 52, Enero-Junio 2011, p. 8-9.

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