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Libro sobre Dora del Hoyo. “Una luz encendida”

“Una luz encendida” cuenta la vida de Dora del Hoyo, una mujer que buscó la santidad en las tareas domésticas. “No hay nada mejor que haber utilizado mis manos para servir a los demás”, decía. El libro ha sido publicado por la Editorial Palabra. Su autor es Javier Medina (Portugalete, 1950).

Dora del Hoyo nació en un pueblo de Castilla y León (España), en 1914. Tras efectuar los estudios elementales, muy joven comenzó a trabajar como empleada doméstica. En 1939 se trasladó a Madrid, donde se distinguió por el empeño y la calidad de su trabajo. En 1946, pidió la admisión en el Opus Dei: fue la primera numeraria auxiliar en la Obra. Ese mismo año, se trasladó a Roma. Con su oración y trabajo, fue una gran ayuda para san Josemaría Escrivá de Balaguer y para la expansión del Opus Dei por el mundo. En efecto, el libro recoge numerosos testimonios de cómo, ejerciendo su trabajo, Dora fue un ejemplo, para muchas mujeres jóvenes, de una persona que busca la santidad según el espíritu del Opus Dei.

San Josemaría tuvo siempre gran estima a sus hijas numerarias auxiliares, por su dedicación profesional a las tareas del hogar en los centros del Opus Dei. Explicaba que ese trabajo constituye como la “espina dorsal” sobre la que se apoya la labor apostólica. Y afirmaba: “¡Es una cosa de primera importancia el trabajo en el hogar! Por lo demás, todos los trabajos pueden tener la misma calidad sobrenatural: no hay tareas grandes o pequeñas; todas son grandes, si se hacen por amor”.

Dora falleció el día anterior a cumplir los 90 años. Sus restos mortales reposan en la Cripta de la Iglesia Prelaticia de Santa María de la Paz, en Roma, donde se encuentran también los del Siervo de Dios Álvaro del Portillo, obispo, primer sucesor de san Josemaría a la cabeza del Opus Dei. Con fecha de 11-X-2011, Mons. Javier Echevarría ha invitado, mediante un edicto[1], a los fieles de la Prelatura y a quienes puedan testimoniar, a aportar datos con vistas a la introducción de su Causa de Canonización.

[1] En la sección “Del Prelado” de este número se recoge el Edicto.

Romana, n. 53, Julio-Diciembre 2011, p. 315-316.

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