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Entrevista concedida a “La Nouvelle Expression”, Duala, Camerún (13-IV-2012)

Entrevista realizada por Valentin Siméon Zinga

— Monseñor, es la tercera vez que Usted viene al Camerún, tras los viajes de 1989 y de 1998. ¿Qué representa el país en particular para Usted y para la Obra?

San Josemaría Escrivá, el fundador del Opus Dei, sentía un gran amor por África. He tenido la gracia de trabajar a su lado muchos años y he vivido el interés con el que siguió los primeros pasos del Opus Dei en este continente: primero en Kenia, hace más de 50 años, y después en Nigeria. Fue con su primer sucesor, Mons. Álvaro del Portillo, cuando el Opus Dei comenzó en Camerún, el año 1988. En mi opinión, África en general y Camerún en particular son una esperanza para la Iglesia. El Papa Benedicto XVI tiene mucha confianza en este continente y también una gran confianza en vuestro país, como ha mostrado en su visita a Camerún en 2009, y en la Exhortación Apostólica Africa munus.

— Desde su anterior estancia en este país hasta hoy, ¿qué es lo que le ha impresionado especialmente, hablando en particular sobre la Obra?

Veo que la labor apostólica se ha desarrollado y doy gracias a Dios. Hay muchas personas que participan en las actividades apostólicas del Opus Dei, y no sólo en Yaundé o Douala, como sucedía en 1998 cuando realicé mi última visita, sino también en otras ciudades del país como Edea, Buea, Bamenda… Hay cameruneses que nos piden ir al Este, al Norte… Me llena de alegría ver que los fieles de la Obra que han nacido en otros lugares se han vuelto tan cameruneses como los originarios de aquí, y que todos trabajan en unión con los obispos de las diócesis —ese es el objetivo del trabajo apostólico del Opus Dei: colaborar con las diócesis-, como he podido comprobar en el encuentro que he tenido con el Arzobispo de Yaundé, Mons. Victor Tonyé Bakot.

— Desgraciadamente hay mucha gente que no conoce bien qué es el Opus Dei. ¿Podría explicarnos qué es la Obra?

El mensaje del Opus Dei es sencillamente una expresión del amor de Dios por todos los hombres y las mujeres, para que vivan con integridad y difundan el mensaje cristiano. La especificidad del mensaje del Opus Dei consiste en poner el acento en la santificación del trabajo y de todas las circunstancias ordinarias de la vida.

Para ser un cristiano coherente, para cumplir la voluntad de Dios, para ser santo, no es necesario abandonar el mundo: el trabajo, las ocupaciones ordinarias de cada jornada de una persona corriente (la vida familiar, la relación con los demás, la vida de trabajo…) se convierten en medio y ocasión de vivir, a veces de modo heroico, la caridad con Dios y con el prójimo.

— ¿Qué mensaje (o mensajes) trae en su maleta para los cameruneses, los cristianos y, en especial, los miembros del Opus Dei?

El mismo mensaje que San Josemaría predicó desde 1928, fecha de la fundación del Opus Dei. Cada cristiano, cada fiel del Opus Dei —no nos consideramos mejores que los demás— debe luchar para ser un cristiano coherente en todas las circunstancias de su vida: en el trabajo, haciéndolo bien, sin caer en los peligros de la corrupción, que hace un gran daño a la sociedad; en la familia, siguiendo el ejemplo de la Sagrada Familia de Nazaret; para los que se preparan al matrimonio siguiendo lo que el Santo Padre explicaba aquí en Camerún: hay que respetar el futuro cónyuge, sabiendo que es en el matrimonio, entre un hombre y una mujer, donde se expresa el misterio del amor de dos personas. Camerún es una tierra maravillosa: pido a Santa María, Reina de los Apóstoles, Reina de Camerún, que el mensaje de Cristo siga floreciendo aquí, gracias al apostolado y el testimonio de todos los católicos, muy unidos al Santo Padre y a los obispos.

Romana, n. 54, Enero-Junio 2012, p. 106-108.

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