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Clausura de la fase diocesana de la causa de canonización de la sierva de Dios Encarnación Ortega Pardo

Mons. Ricardo Blázquez Pérez, arzobispo de Valladolid, clausuró el 20 de enero la fase diocesana del proceso de canonización de la sierva de Dios Encarnación Ortega Pardo (1920-1995), fiel de la prelatura del Opus Dei desde 1941.

El arzobispo destacó que “esta celebración tiene mucho que decirnos”. Por una parte se refirió a su “proximidad en el tiempo y en el espacio”, pues Encarnita vivió más de veinte años en Valladolid; por otra, subrayó su vida ejemplar, en la que conjugó su trabajo en el campo de la moda con el apostolado.

Mons. Blázquez explicó que Encarnación Ortega “recibió el toque de Dios tras asistir a un retiro predicado por san Josemaría, fundador del Opus Dei”, y que su vida fue un testimonio elocuente de amor a Dios, también en su modo de afrontar la enfermedad.

En el acto se cerraron y lacraron las cajas que contienen los más de cinco mil folios con las pruebas documentales y testificales reunidas por el tribunal desde marzo de 2009, y que serán enviadas para su estudio a la Congregación de las Causas de los Santos.

Para el postulador de la causa, el Rev. José Carlos Martín de la Hoz, “el celo de la sierva de Dios a favor de la mujer, sin distinciones de ningún tipo, el impulso de diversas tareas de formación, asistenciales y educativas, y su trabajo en el campo de la moda para favorecer la dignidad de la mujer, le hacen ser un buen ejemplo para la evangelización del mundo en que vivimos”.

Encarnación Ortega fue una de las primeras mujeres del Opus Dei, una de las principales colaboradoras del fundador. Con él trabajó en Madrid y Roma hasta 1961, año en que regresó a España. Pasó en Valladolid los últimos veinticinco años de su vida.

En 1980 se le diagnosticó un cáncer. Convivió con la enfermedad durante quince años, sin disminuir por eso el ritmo de trabajo. Su vida de piedad la llevó a convertir la amistad humana en ocasión de ayudar a los demás a encontrar a Jesucristo. Falleció con fama de santidad en Valladolid el 1-XII-1995. Desde entonces, esa fama de santidad se ha ido extendiendo por el mundo entero y son muchas las personas que alcanzan de Dios gracias y favores a través de su intercesión.

Romana, n. 54, Enero-Junio 2012, p. 139-140.

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