Romana

Homenaje a Monseñor Javier Echevarría, Gran Canciller de la Universidad de Navarra (1994-2016)

«Así era don Javier. En su corazón sacerdotal cabían todos. A cada uno le hacía sentirse como si solo él existiera en el mundo: tanto en una conversación personal más pausada como en un encuentro fortuito. ¿Qué le movía, cuál era el resorte más profundo que le impulsaba a preocuparse de los demás? La respuesta no puede ser otra: su relación íntima, personal, viva, con Jesucristo, en el Pan y en la Palabra». (Del discurso de Mons. Fernando Ocáriz, prelado del Opus Dei).

El libro recoge las intervenciones en el acto de homenaje a Mons. Javier Echevarría, que tuvo lugar en el Museo de la Universidad de Navarra el 18 de enero de 2018:

Fernando Ocáriz Braña, «Discurso en el acto académico de homenaje a Monseñor Javier Echevarría», pp. 13-17; Alfonso Sánchez-Tabernero, «Acto in memoriam de Monseñor Javier Echevarría», pp. 19-26; Arantza Campo Ezquibela, «Don Javier y la Clínica», pp. 27-33; Jordi Canals Margalef, «Monseñor Javier Echevarría y el IESE», pp. 35-52.

Homenaje a Monseñor Javier Echevarría, F. Ocáriz Braña, A. Sánchez-Tabernero, A. Campo Ezquibela y J. Canals Margalef, Pamplona, Eunsa, 2019, 1ª edición, 52 pp.

Transformar el mundo desde dentro, de Mons. Mariano Fazio

En la reseña que hace del libro, José Carlos Martín de la Hoz señala que en el mundo antiguo se produjo un cambio radical con la irrupción de Jesucristo en la historia. Entre otras cosas, cuando pasaron los años y llegaron los primeros intelectuales a la Iglesia, se pudieron comprobar las diferencias tan radicales que había, por ejemplo, en el concepto de religión.

Se percibe así en dos autores tan dispares e importantes como Cicerón y Lactancio. Para el primero, el concepto y el término «religión» procedía del vocablo latino relegere, es decir, se trataba de releer la entera existencia, pero desde el ángulo de la existencia de Dios, de la vida bajo el poder de Dios o de los dioses, en función de si el autor fuera teísta o agnóstico.

Para Lactancio, autor de algunas de las primeras obras cultas sobre la fe cristiana u otras puramente romanas, consideraba la religión no como algo extrínseco, sino radicalmente intrínseco, es decir que el concepto de la religión vendría de religere, de religarse, de atarse a un compromiso personal con Jesucristo, el Dios hecho hombre.

Precisamente, cuando Mariano Fazio, vicario auxiliar de la prelatura del Opus Dei, historiador y ensayista, especializado en historia de las ideas contemporáneas, toma la pluma para abordar la sustancia del espíritu del Opus Dei, está recordando el enfoque de las tesis de Lactancio, pero expresándolo de manera actual, mediante un discurso rico en referencias al Papa Francisco, al Concilio Vaticano II, a san Juan Pablo II, a Benedicto XVI, a san Josemaría y al actual prelado del Opus Dei, Mons. Fernando Ocáriz.

Mons. Fazio recuerda que, en la vida cristiana, todo procede del encuentro con Jesucristo, del ser impactado por Jesucristo. Así, encendidos por Él, somos capaces de elevar la temperatura espiritual a nuestro alrededor y transformar el mundo. El autor señala una condición previa para que esto suceda: «Para mejorar cualquier realidad es imprescindible mirarla con ojos de amor».

El trato personal con Dios nos transforma a nosotros y desde nosotros a los demás: «Poco a poco el amor de Dios se palpa -aunque no es cosa de sentimientos- como un zarpazo en el alma».

Horizontes insospechados, recuerdos de Marlies Kucking

Marlies Kücking (Colonia, 1936) ha vivido en Roma más de 50 años. Allí, tal como rememora en Horizontes insospechados(Rialp, 2019), trabajó al lado de san Josemaría, el beato Álvaro del Portillo y Mons. Javier Echevarría. Desde 1964 hasta 2017 ha estado vinculada al gobierno central del Opus Dei.

En su libro, que fue presentado en la librería Garbí de Barcelona, Kücking hace, en primer lugar, un recorrido por su historia familiar. Después narra su encuentro con el Opus Dei en 1954, el descubrimiento de su vocación, su colaboración en los primeros pasos de la Obra en Alemania y los Países Bajos y su etapa de formación en Roma durante su época universitaria.

En la segunda parte repasa su trabajo en la Asesoría Central del Opus Dei, un órgano que junto con el Consejo General ayuda al prelado en el gobierno de la institución. Esto le ha permitido conocer de primera mano a muchas personas e iniciativas de la prelatura en todo el mundo. Desde 1964, año en el que la autora comenzó su trabajo en la Asesoría Central, el Opus Dei ha iniciado su presencia estable en 39 países, de Nigeria a Singapur, de Bolivia a Kazajstán, de Corea a Líbano, de Rumanía a Panamá, de Rusia a Sudáfrica.

En la actualidad trabaja en el archivo general de la Prelatura.

Salvador Canals, una vida abriendo camino

Salvador Canals. Una biografía (1920-1975) es el título del libro escrito por el historiador Alfredo Méndiz y publicado por Rialp, sobre uno de los fieles del Opus Dei que ayudaron a san Josemaría cuando la institución daba sus primeros pasos.

La vida de Canals fue breve pero rica en experiencias. Por eso y por el intrincado contexto en el que se encontró inmersa, que ilumina algunos hechos clave en la historia de su tiempo: sobre todo, en la historia particular del Opus Dei y, debido a su intensa actividad en el Vaticano, también en la de la Iglesia en general. Fue sacerdote del Opus Dei, canonista, auditor de la Rota, experto en pastoral cinematográfica, editor y autor espiritual.

Salvador Canals nació en Valencia (España) el 3 de diciembre de 1920. Conoció a san Josemaría el 8 de marzo de 1940. Pertenece a una generación de miembros del Opus Dei que, nacidos en torno a 1920, siguieron a Escrivá poco después de la guerra y, en muchos casos, extendieron luego el Opus Dei fuera de España.

En las circunstancias de movilización y precariedad propias de la guerra no era oportuno que el Opus Dei se estableciera en Italia, pero Escrivá tenía interés en que algún miembro residiera en la ciudad del Papa, para que su mera presencia, como escribiría más tarde Orlandis, ayudara a «deshacer prejuicios y mostrar el verdadero rostro del Opus Dei en su sencilla y genuina realidad». Canals permaneció en Roma hasta su muerte, en 1975. Esto hizo de él, durante toda su vida, la persona que más tiempo llevaba en un país distinto del propio para llevar a él la semilla del Opus Dei. Entre los frutos de esa siembra suya se cuentan el croata Vladimir Vince y el italiano Francesco Angelicchio, las dos primeras vocaciones que llegaron al Opus Dei fuera del suelo español.

Desde la fundación de Studi Cattolici, Salvador Canals había ido publicando en la revista una sección de espiritualidad titulada Ascetica meditata. La componían artículos breves que procedían de guiones de su predicación entre jóvenes, obreros, profesionales, madres de familia, sacerdotes… En 1962, Canals reunió en un libro veintiséis textos. Hasta la fecha, Ascetica meditata se ha publicado en italiano, castellano, portugués, inglés, francés, chino, japonés, polaco, croata, estonio, neerlandés y checo.

Su salud siempre fue frágil. Un progresivo agravamiento de sus dolencias hepáticas le llevó prematuramente a la muerte, el 24 de mayo de 1975. Al día siguiente, Escrivá, que se encontraba en Barbastro, su ciudad natal, para recibir un homenaje, interrumpió su discurso oficial para recordar, emocionado, a aquel hijo suyo. «Un alma limpia, una inteligencia prócer […]. Ha servido a la Iglesia con sus virtudes, con su talento, con su esfuerzo, con su sacrificio, con su alegría, con este espíritu del Opus Dei que es de servicio», dijo improvisando. Antes de regresar a Roma, de paso por Madrid, el día 27 quiso dar el pésame a la familia. A Ángeles Canals, hermana de don Salvador, no se le han olvidado las palabras premonitorias de su propia muerte que salieron de su boca en aquella ocasión. «Recuerdo que nos dijo: “Salvador fue a Roma a abrirme el camino, y ahora se ha ido al cielo también a abrirme el camino”. Y un mes más tarde murió también él».

Una app de comentarios al Evangelio

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Ofrece una herramienta para acercarse a Dios en medio de las tareas ordinarias y encontrarse ahí con Jesucristo.

Clicando en «Hoy» ofrece el Evangelio del día con textos de las obras publicadas de san Josemaría. Será quizás una referencia pasajera, o formará la base de una reflexión más honda y devota, pero siempre ofrece una pista para aplicar el Evangelio a las circunstancias personales.