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Celebraciones eucarísticas en la fiesta de san Josemaría

Debido a la pandemia y de acuerdo con las disposiciones de las autoridades civiles y religiosas de cada lugar, en muchas localidades del mundo las misas se celebraron en presencia de pocos fieles y con posibilidad de conectarse virtualmente. Señalamos, a continuación, algunas celebraciones a modo de ejemplo.

Arquidiócesis de Santiago, Guatemala (27-VI-2020)

El administrador apostólico de la Arquidiócesis de Santiago, Mons. Raúl Antonio Martínez, celebró la Misa en honor de san Josemaría. En esta ocasión no hubo asistencia de fieles, debido a las restricciones por la pandemia. Se celebró en la Catedral Metropolitana y se transmitió a través del canal de la Televisión Arquidiocesana y redes sociales.

Lausanne, Suiza (26-VI-2020)

Por las restricciones sanitarias sólo se celebró Misa en Lausanne en la parroquia de Sainte-Thérèse. Ofició el Rev. Cettou, párroco de la Comunidad de las Bienaventuranzas. Concelebraron el Rev. Carlos Ayxelá, el Rev. Jean-Charles Tissot y el Rev. Jean-Pascal Vacher, párroco de otra iglesia de la ciudad. Asistieron unos 70 fieles de la Prelatura, cooperadores y amigos. La misa fue transmitida en directo por Radio Maria. Después, los asistentes junto al párroco visitaron un nuevo edificio adjunto a la parroquia.

Almaty, Kazajistán (27-VI-2020)

Mons. José Luis Mumbiela Sierra, obispo de la diócesis de la Santísima Trinidad en Almaty, presidió la Santa Misa en la fiesta de san Josemaría en la catedral, durante la cual agradeció la labor apostólica que realiza la prelatura en la Diócesis. En la concelebración participó el vicario regional de la prelatura del Opus Dei en Kazajstán y varios sacerdotes más.

Ciudad de México y Puebla, México (26-VI-2020)

En la Catedral de Puebla, Mons. Víctor Sánchez Espinosa, arzobispo de Puebla, celebró la Misa con ocasión de la fiesta de san Josemaría, y fue transmitida por medios digitales. En la parroquia de san Josemaría, Ciudad de México, celebró la Misa el vicario regional, en conmemoración del 50 aniversario de la visita a México de san Josemaría.

Salzburgo, Austria (26-VI-2020)

El rector del Seminario de Salzburgo, Mons. Tobias Gigmayr, celebró la Santa Misa en la fiesta de san Josemaría en el Santuario Maria Plain.

Bucarest, Rumanía (26-VI-2020)

El obispo auxiliar de Bucarest, Mons. Damian Cornel, celebró en la Catedral de Sf. Iosif la Misa de celebración de la fiesta de san Josemaría.

Budapest, Hungría (26-VI-2020)

La Misa en la iglesia de Szent Anna la celebró el arzobispo Mons. Michael August Blume, nuncio apostólico en Hungría.

Managua, Nicaragua (24-VI-2020)

El cardenal Leopoldo José Brenes recordó desde Nicaragua a través de un video mensaje la invitación de san Josemaría a la santidad en la vida cotidiana. Explicó que ser santos «es un gran reto que tenemos todos (…) que se manifiesta constantemente en hechos diarios y, sobre todo, en hechos diarios de amor». Se ofrecen algunos párrafos del video-mensaje:

Muy buenos días, hermanos y hermanas miembros del Opus Dei. Ya cercana la fiesta de san Josemaría Escrivá de Balaguer, el próximo 26 de junio, y ya que no podemos celebrarla en vista de la pandemia que no permite la solemnidad con que siempre se ha celebrado y el deseo de todos ustedes, quisiera llegar a manifestar mi cercanía a todos, recordando un pensamiento muy hermoso de san Josemaría con relación a la santidad. El viernes pasado, hemos celebrado la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, y celebramos la jornada de oración por la santificación de los sacerdotes. Ser santos. Creo que es un gran reto que tenemos todos, y san Josemaría invitaba a la santidad y decía que la santidad no es algo difícil, sino una realidad precisa, divina y humana que se manifiesta constantemente en hechos diarios y, sobre todo, hechos diarios de amor.

(…) El santo Padre nos recordaba esa oración tan pequeña: «Señor que mi corazón se parezca al tuyo». Sin duda alguna, creo que esto es una de las cosas más hermosas que san Josemaría fue impulsando a cada uno de sus miembros: el tener la mirada en el Señor, el tener la mirada en nuestra madre la santísima Virgen María.

Les deseo a todos muchas felicitaciones en esta fiesta y que el testimonio de san Josemaría nos impulse a cada uno de nosotros a luchar por ser cada día santos en las obras pequeñas, no en aquellas que deslumbran sino en la obra diaria de nuestro caminar. Felicidades a todos.

Quito, Ecuador (26-VI-2020)

Más de 1.700 personas se conectaron virtualmente para participar en la Misa celebrada por Mons. Alfredo José Espinoza, arzobispo de Quito y primado del Ecuador. Con mucha alegría se celebró la fiesta de san Josemaría. Las limitaciones por la pandemia del Covid-19 no permitieron un encuentro presencial, pero muchos fieles se unieron espiritualmente a la celebración desde el Colegio Intisana, a través del canal de Facebook de la Arquidiócesis de Quito.

Acompañaba al arzobispo el vicario del Opus Dei en Ecuador, Mons. José Andrés Carvajal, y fue una oportunidad para celebrar el testimonio de santidad de san Josemaría. También se recordó cómo la fe ha sostenido a muchas personas durante el confinamiento, dándoles una mirada esperanzadora hacia el futuro para lograr salir adelante en medio del dolor y las pérdidas de seres queridos.

Durante la homilía, Mons. Alfredo José se refirió a la primera lectura sobre la creación y de cómo Dios modela al hombre y le da el «soplo de vida», y citó al Papa Francisco con las siguientes palabras: «La primera página de la Biblia se parece a un gran himno de acción de gracias… en él, se reafirma continuamente la bondad y la belleza de todo lo que existe. Dios, con su palabra, llama a la vida, y todas las cosas entran en la existencia».

Destacó también que contemplar la belleza y el misterio de la creación a través de la oración y aceptar que el hombre es un ser frágil que nace y muere, es un contexto que puede llevar a levantar la mirada y el corazón hacia Dios, porque, como dice el Papa: «la relación con Dios es la grandeza del hombre».

Continuó refiriéndose a que nadie ha sido ajeno a esta emergencia y que, de una u otra forma, la pandemia ha golpeado a todos y pudo haber arrastrado a la desesperanza; pero san Josemaría nos recuerda que precisamente en los tiempos de dificultad es cuando debemos confiar más en Dios: «Crécete ante los obstáculos. La gracia del Señor no te ha de faltar… ¿Qué importa que de momento hayas de recortar tu actividad si luego, como muelle que fue comprimido, llegarás sin comparación más lejos que nunca soñaste?» (Camino, 12).

La celebración finalizó con una llamada a la esperanza: una vida enraizada en el encuentro personal con Cristo en la oración nos convierte en portadores de alegría. «Remar mar adentro», fueron las palabras de Jesús que recordó Mons. Alfredo José. Remar hacia el mar de la esperanza, de la vida, de la confianza, de la honradez, de la alegría, de la santidad cotidiana, hacia la inmensidad del Corazón de Dios y del mar inmenso del Corazón de María, porque como dijo san Josemaría: «¡Madre!, llámala fuerte, fuerte. Te escucha, te ve en peligro quizá, y te brinda, tu Madre Santa María, con la gracia de su Hijo, el consuelo de su regazo, la ternura de sus caricias y te encontrarás reconfortado para la nueva lucha» (Camino, 516).

Montevideo, Uruguay (26-VI-2020)

La iglesia de Nuestra Señora del Carmen fue el escenario de la principal celebración de la fiesta de san Josemaría. La presidió el arzobispo de Montevideo, el cardenal Daniel Sturla. Los fieles que lo acompañaron siguieron con devoción la ceremonia, aunque con público limitado y pautada por las restricciones para combatir la pandemia de Covid-19.

Mons. Sturla inició su homilía recordando que un año atrás estaba celebrando la fiesta de san Josemaría en la basílica de San Eugenio, en Roma, junto a Mons. Fernando Ocáriz, prelado del Opus Dei. Algunos textos de san Josemaría contenidos en el libro Amigos de Dios sirvieron de hilo conductor de su homilía, que finalizó con una invitación: «tenemos que encontrar la cuerda sensible al bien, el espacio por dónde entrar al alma de las personas para poder anunciar a Cristo».

Romana, n. 70, Enero-Diciembre 2020, p. 97-100.

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